martes, 29 de octubre de 2019

Siembra cada día una pequeña semilla e irás creando un bosque nuevo a tu alrededor donde todos nos sintamos a gusto, donde saboreemos lo que es el Reino de Dios


Siembra cada día una pequeña semilla e irás creando un bosque nuevo a tu alrededor donde todos nos sintamos a gusto, donde saboreemos lo que es el Reino de Dios

Romanos 8, 18-25; Sal 125; Lucas 13, 18-21
Decimos que no queremos ser tacaños y no recogemos unos céntimos que nos sobran de la compra; total, una moneda tan insignificante, tan pequeño valor, y no le damos importancia. Pero lo de menos es la cuestión de los céntimos y me van a llamar tacaño por hacer esas referencias, pero bien puede ser sintomático del poco valor que le damos a las cosas pequeñas, a las cosas que nos pueden parecer insignificante. Son los gestos y las actitudes que tenemos hacia los demás, es la poca valoración que hacemos de alguien porque nos parece quizás humilde, pero es el no darnos cuenta del valor – y no nos queremos referir a lo económico – de las pequeñas cosas de la vida.
Es cierto que solemos decir que las mejores fragancias se llevan en recipientes pequeños, porque solo una pequeña gota de ese perfume, o el simplemente dejarlo abierto, es capaz de llenar de fragancia aquel lugar en que se derrame. Pero en ese desdén por lo pequeño están los detalles o los valores a los que no damos importancia en la vida. Y a lo grande llegamos desde los pequeños granos de arena, o desde las pequeñas semillas que encierran una vida y que si dejamos germinar veremos plantas no solo grandes sino hermosas en su belleza que nos regalan la vista de ellas o que nos pueden producir hermosos frutos.
Cuánto podemos hacer con una pequeña semilla que sembremos cada día. Por algún lado escuché la campaña que se hizo en un determinado lugar pidiendo a la gente que cuando comieran alguna fruta no desecharan la semilla para echarla a la basura, sino que la guardaran y la dejaran madurar y cuando salieran al campo la fueran arrojando en aquellos lugares que podían parecer más inhóspitos y desprovistos de vegetación; con el paso del tiempo, contaban, que comenzaron a germinar aquellas semillas y fueron surgiendo plantas que poco a poco se convirtieron en árboles que crearon hermosos bosques donde antes había poco menos que unos terrenos desérticos e inhóspitos.
Hoy Jesús en el evangelio nos habla de la pequeña semilla de la mostaza que sembrada debidamente nos dará un hermoso arbusto, y como dice la parábola capaz de que en él anidaran los pájaros del cielo; o nos habla también de la levadura que no en gran cantidad es mezclada con la masa para hacerla fermentar y nos pueda dar hermosos y sabrosos panes. Y Jesús nos pone estos ejemplos, estas parábolas para hablarnos del Reino de Dios. Una pequeña semilla, un puñado pequeño de levadura que hará fermentar a nuestro mundo, que dará un nuevo y sabroso sabor a la vida y al mundo. Es el Evangelio que nos da sentido nuevo a nuestra vida, es el Reino de Dios que hemos de vivir desde los pequeños detalles, desde los pequeños gestos de todo aquello que hacemos con amor y que dará ese sabor nuevo, ese sentido nuevo a la vida y al mundo.
No nos pide el Señor cosas extraordinarias, sino lo extraordinario de valorar lo pequeño, lo de saber hacer esas cosas de cada día allí donde estemos extraordinariamente bien porque en ellas pongamos amor, porque sepamos hacerlas con la trascendencia de quien sabe que hace cosas grandes porque está creando un mundo mejor.
Una palabra, una frase buena que nos haga pensar, un pequeño gesto de cercanía y de ternura para con aquel que ves débil e indefenso a tu lado, una mirada de aliento, una mano tendida o una sonrisa que da ánimo, cuantas cosas pequeñas podemos hacer cada día que despierte la esperanza, que ponga nueva ilusión en quien está hundido a tu lado porque nadie lo tiene en cuenta. Son las pequeñas semillas del reino que podemos y tener que ir sembrando para crear ese nuevo bosque, para crear ese nuevo mundo.
No lo olvides, trata de sembrar cada día una pequeña semilla y estarás haciendo que nuestro mundo sea mejor, estarás haciendo presente el amor de Dios que lleva a nuestra vida con su amor y con su salvación.

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