miércoles, 28 de marzo de 2012

Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres


Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres

Daniel, 3, 14-20.91-92.95; Sal. Dn. 3, 52-56; Jn. 8, 31-42
‘Si os mantenéis en mi palabra seréis de verdad discípulos míos, conoceréis la verdad y la verdad os hará libres’.
Algunos judíos habían comenzado a creer en Jesús. ‘Dijo Jesús a los judíos que habían creído en El’, nos dice el evangelista. Ayer terminábamos escuchando el comentario que hacía el evangelista: ‘Cuando les exponía esto, muchos creyeron en El’. Ahora Jesús anima, por así decirlo, a aquellos que habían comenzado a creer en El. ‘Si os mantenéis en mi palabra seréis de verdad discípulos mío…’
También nos animan y alientan estas palabras. Queremos creer en Jesús a pesar de que muchas veces nos cueste, se nos haga cuesta arriba y quieran envolvernos tinieblas de dudas. Pero queremos seguir a Jesús. Queremos ser sus discípulos. Y nos dice ‘conoceréis la verdad y la verdad os hará libres’.
Conocer y seguir a Jesús es conocer la verdad. Pilato socarronamente se preguntaba ‘¿qué es la verdad? ¿dónde está la verdad?’, y no esperaba ninguna respuesta. Es quizá la pregunta que se siguen haciendo los hombres de hoy donde nos invade el relativismo que todo lo pone en duda diciéndonos que no hay ninguna verdad absoluta. Así andamos desorientados, de aquí para allá, sin principios, sin ética de ningún tipo, porque cada uno quiere arrimar el ascua a su sardina, como dice el refrán.
‘Yo soy el camino y la verdad y la vida’, nos dirá Jesús. ‘Nadie puede llegar al Padre sino por mí. Si me conocierais a mi, conoceríais al Padre’. nos lo ha dicho también estos días cuando le preguntaban ‘¿Dónde está tu Padre?’ A lo que Jesús respondía: ‘Ni me conocéis a mí ni a mi Padre; si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre’. Estos días le hemos escuchado hablar del Padre diciéndonos que es el veraz. ‘El que me envió es veraz y yo comunico al mundo lo que he aprendido de El’.
Queremos conocer a Jesús, queremos seguirle y ser sus discípulos, queremos conocer la verdad plena y definitiva que sólo encontramos en Jesús. Conociéndole a El, conociendo su verdad, seremos libres. Conociendo a Jesús nos llenaremos de su vida y de su gracia, y arrancaremos entonces de nosotros para siempre lo que nos esclaviza, el pecado. Cristo ha venido a vencer al padre de la mentira, el mal y el pecado. En Cristo nos sentimos redimidos y liberados. Porque Cristo ha venido a traernos el perdón y la paz.
‘Quien comete pecado, es esclavo’, nos ha dicho hoy, pero El ha venido a arrancarnos de ese pecado, con su gracia no solo nos perdona, sino que nos fortalece para que no volvamos a caer en esa esclavitud, en ese pecado. Tenemos que pedirle con toda la fuerza de nuestro corazón que nos dé esa gracia que nos libera y que nos salva. Que nos dé esa gracia que nos fortalece en nuestra lucha contra el pecado que tan costosa se nos hace a veces, porque la tentación siempre está acechándonos. Que no nos falte la gracia del Señor.
En estos pasos últimos que estamos dando en esta última semana de la Cuaresma hemos de aprestarnos a convertirnos de verdad al Señor. Mucho tenemos que orar y reflexionar. Con fe, con devoción grande nos acercamos a su Palabra que nos ilumina cada día. Con deseos hondos en el alma vamos participando en todo lo que nos ofrece la Iglesia en estos días para prepararnos bien para la celebración de la Pascua. Es una gracia del Señor que no podemos desaprovechar. Acerquémonos con fe al Señor y a su gracia.

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