lunes, 18 de octubre de 2010

El evangelista de Buenas Nuevas de alegría a los pobres y de la misericordia del Señor


San Lucas Evangelista

2Tim. 4, 9-17;
Sal. 144;
Lc. 10, 1-9

Celebramos hoy al evangelista san Lucas, autor del tercer evangelio y de los Hechos de los Apóstoles. Bien nos habla él en el principio de estos libros de su interés por conocer la verdad de Jesús con todos los hechos y acontecimientos de su vida y escribirlos con orden para que los podamos conocer.
San Pablo lo cita en sus cartas como compañero que permanece con él, incluso en momentos difíciles en que otros han dejado a Pablo. Lucas de origen o al menos de cultura griega un día conocería el evangelio de Jesús y se convirtió en discípulo; pero quiso ser más porque nos dejó el evangelio trasmitiéndonos así todo lo que él había conocido de Jesús. Es lo primero que hemos de destacar de Lucas, el evangelista, el trasmisor del Evangelio.
Muchas cosas se podrían resaltar del evangelio de Lucas. Destacaremos algunas cosas que nos puedan ayudar en su fiesta a conocerle, pero sobre todo a través de su evangelio a llegar también nosotros a un mayor conocimiento de Jesús.
Es el evangelista que nos anuncia buenas nuevas de alegría tanto en el relato del nacimiento de Jesús como en la resurrección. ‘Os anuncio una gran alegría…’ trasmitieron los ángeles a los pastores según el relato que nos hace Lucas. Alegría trasmitieron también los ángeles a las mujeres que iban al sepulcro al anunciarles que no buscaran entre los muertos al que estaba vivo porque Jesús había resucitado. Y por fijarnos en algunas cosas más Jesús en el evangelio de Lucas nos habla de la alegría del cielo cuando un pecador se arrepiente se convierte, igual que la fiesta que hace el padre a la vuelta del hijo que estaba perdido y lo habían de nuevo encontrado.
Pero es también el evangelista que nos habla de la Buena Noticia, el Evangelio, que se anunciará a los pobres. Será en la sinagoga de Nazaret cuando Jesús mismo lee al profeta Isaías comentando que lo anunciado por el profeta allí se estaba cumpliendo. Por eso el evangelista al darnos su relato de las bienaventuranzas llamará dichosos a los pobres porque de ellos es el reino de los cielos.
Será el evangelista que nos narrará las más hermosas parábolas que nos hablan de la misericordia de Dios cuando nos habla de la oveja perdida, la moneda extraviada o el hijo pródigo que marcha de la casa del padre, para hablarnos, como decíamos, de la alegría del cielo, pero de la misericordia de Dios que nos busca y nos ofrece siempre el abrazo de su amor y su perdón. Mucho más podríamos o tendríamos que profundizar en todo esto.
Finalmente destaquemos algo que nos repite Lucas en varias ocasiones en los Hechos de los Apóstoles que es la vida de comunión que hay, que tendría que haber siempre en consecuencia, entre todos los que creemos en Jesús. En los Hechos nos dirá de aquellas primeras comunidades que ‘el grupo de los creyentes pensaban y sentían lo mismo, de manera que nadie consideraba como propio nada de lo que poseía, sino que tenían en común todas las cosas'. Ya antes nos había dicho que ‘todos perseveraban unánimes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión y en la fracción del pan y en las oraciones…’
Lo pedíamos en la oración litúrgica, ‘vivir con un mismo corazón y un mismo espíritu y atraer a todos los hombres a la salvación’. Que seamos capaces desde el conocimiento de Jesús en que vayamos creciendo más y más, vayamos creciendo en comunión entre nosotros. Desde que creemos en Jesús no es de otra manera como podemos vivir. Pero que eso despierte en nosotros también ese ardor misionero para anunciar el evangelio a los demás. Jesús había enviado a sus discípulos de dos en dos a anunciar el Reino de Dios y los Hechos nos relatarán esa acción misionera de la primera Iglesia.
Empapémonos del Evangelio cuando hoy estamos celebrando la fiesta de este evangelista. Y que arda en nosotros ese celo porque también ese evangelio sea anunciado a los pobres, a los que sufren, a todos, porque para todos es esa buena noticia y para todos es ese año de gracia del Señor.

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