martes, 21 de septiembre de 2010

Andar conforme a la vocación a la que hemos sido convocados


Ef. 4, 1-7.11-13;
Sal. 18;
Mt. 9, 9-13

‘Vió Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: Sígueme. El se levantó y lo siguió’. Así nos relata el propio Mateo en su evangelio su vocación. Así, sencillamente, con disponibilidad total, a la voz del Maestro se dispuso a seguirle. Más tarde lo elegiría Jesús para formar parte del grupo de los Doce, de los Apóstoles.
Jesús que le llama a seguirle. Seguirle para ser su discípulo. Para estar con El y escucharle. Para estar con El y seguirle. Estar con El y participar de la misión de su Reino. Pero un buen testimonio de disponibilidad. ‘Se levantó y lo siguió’. Lo dejó todo, como otros un día dejaran las barcas y las redes.
La vida del cristiano es vocación. Porque la vida del cristiano es respuesta también a una llamada. Decimos que nosotros queremos seguir a Jesús y queremos ser cristianos. Pero si ha llegado a haber ese deseo en nuestro corazón, tenemos que pensar que antes el Señor se ha fijado en nosotros y nos ha llamado, nos ha traído a la vida de la fe. Es gracia. Es regalo del Señor que nos ama y nos llama.
San Pablo, en el texto de la carta a los Efesios que hemos escuchado nos invita y nos ruega que ‘andemos como pide la vocación a la que habéis sido convocados’. Es el Señor el que nos ha convocado, nos ha llamado, nos invita a seguirle como a Mateo, como a los otros discípulos. ‘Una sola es la meta de la esperanza en la vocación a la que habéis sido convocados’, vuelve a decirnos el Apóstol.
¿A quÉ nos llama? A una vida santa, ‘a la edificación del Cuerpo de Cristo’, nos va explicando el Apóstol. Cuando seguimos a Jesús entramos en una dinámica de santidad. Siguiendo a Jesús tenemos que ser santos, en nosotros ha de brillar el amor, la gracia, la humildad, la comprensión, el sentirnos hermanos. ‘A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia según la medida del don de Cristo’. La gracia que nos hace santos, que nos llama a la santidad, que nos hace entrar en la dinámica de la santidad, como decíamos.
Es más los que nos sentimos llamados por el Señor entramos en una dinámica comunitaria porque entramos a formar parte de la comunidad de los que creemos en Jesús, entramos a formar parte de la Iglesia. Hemos sido bautizados y entramos a formar parte de la familia de los hijos de Dios. Es tal la comunión que tiene que haber entre nosotros y con Cristo que formamos un solo cuerpo con El. Somos el Cuerpo de Cristo. Edificamos el Cuerpo de Cristo. Somos Iglesia.
Esto es algo esencial a nuestra fe cristiana, a nuestra pertenencia a Cristo. Nos ha hablado el Apóstol de que nos esforcemos ‘en mantener la unidad del Espíritu, con el vínculo de la paz… un solo cuerpo y un solo Espíritu’.
Pero es aquí donde el apóstol nos habla de otras vocaciones para el servicio de la Iglesia. ‘Cristo ha constituido a unos, apóstoles, a otros, profetas, a otros, evangelistas, a otros, pastores y doctores, para el perfeccionamiento de los fieles, en función de su ministerio, y para la edificación del Cuerpo de Cristo…’ Esos distintos ministerios, llamadas y vocación también, para el servicio de la comunidad, para ayudar a los fieles a vivir esa santidad a la que todos nos sentimos llamados y que quienes han recibido esa misión especial del Señor tienen que ayudar a los fieles a esa santificación.
Un camino, como terminará diciéndonos Pablo, que nos lleva a la plenitud de la santidad, a la plenitud de nuestra unión con Cristo, a un imitar e identificarnos con Cristo, como nos dice, ‘al Hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud’.
Que san Mateo que con tan generosa disponibilidad siguió al Señor y tanto lo conoció que nos dejó su Evangelio, nos alcance esa gracia del Señor para que así avancemos en ese camino de santidad que no es otra cosa que responder a la vocación a la que hemos sido convocados.

1 comentario:

  1. Mañana publicaré una reflexión, que hago todos los días, sobre el Evangelio de cada dia, en mi blog: De dodim a agapé (http://deahaba.blogspot.com.es/

    Los católicos tenemos que estar unidos y llenar el espacio de la blogosfera de criterios Evangelicos.

    Ahora en Octubre, del 5 al 7, tenemos el segundo encuntro de Blogueros católicos en Santander. Supongo que lo sabes y nos encantaría tu presencia.

    Un fuerte abrazo en Xto. Jesús.

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