miércoles, 9 de septiembre de 2009

Las bienaventuranzas ¿una utopía irrealizable o el proyecto de Dios?

Col. 3, 1-11
Sal. 144
Lc. 6, 20-26


¿Utopía, sueño inalcanzable, proyecto de Dios? Hay quienes al escuchar el mensaje del evangelio, sobre todo cuando escuchan las Bienaventuranzas tal como nos las presenta Mateo o como Lucas como hoy hemos escuchado, piensan que eso es una utopía, queriendo decir que es un sueño bonito, sí, pero que eso no se puede realizar en la vida.
Consciente de la dificultad, sin embargo me atrevo a decir, es el proyecto de Dios para el hombre, un hermoso proyecto que nos haría inmensamente felices. Es que Jesús lo que quiere proponernos es algo nuevo, Buena Noticia, Evangelio. Nos plantea un nuevo sentido de vivir, una nueva óptica para ver las cosas, un nuevo corazón.
Por eso, no nos extrañe que comience su predicación precisamente invitándonos a la conversión, al cambio del corazón, de la mentalidad. Nos anuncia el Reino de Dios, pero para poder aceptarlo tiene que haber una nueva disponibilidad en el corazón, una apertura a lo grande y maravilloso que nos presenta, aunque de entrada pudiera parecernos inalcanzable.
Las palabras y los gestos de Jesús muchas veces nos desconciertan, nos encuentran mal colocados, pero sus palabras y sus gestos no son locuras, son hermosos proyectos de vida nueva que nos ofrece el amor inmenso de Dios.
En las Bienaventuranzas que nos propone Lucas y que hoy hemos escuchado, se nos habla de que serán dichosos los pobres, los que tienen hambre, los que lloran, los que son perseguidos. Ya decíamos que nos puede parecer desconcertante. ‘Dichosos los pobres… dichosos los que ahora tenéis hambre… dichosos los que ahora lloráis… dichosos vosotros cuando os odien los hombres, os excluyan y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del Hombre…’ ¿Y qué nos ofrece? ‘…porque vuestro es el Reino de los cielos… quedaréis saciados… reiréis… alegraos ese día y saltad de gozo: porque vuestra recompensa será grande en el cielo’.
Todo esto se puede comprender con la esperanza del Reino de Dios. En la sinagoga de Nazaret en lo que hemos dicho que fue su presentación había dicho que los pobres serían evangelizados, que habría libertad para los oprimidos, alegría para los que lloran y para los que son perseverantes hasta el final a pesar de las dificultades era el año de gracia. En otro lugar también nos dirá ‘con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas’.
Se anuncia pues la Buena noticia a los pobres y a los que sufren, a los que se sienten oprimidos y a los que lloran. En la esperanza ya sentimos el gozo. Pero es que ese gozo no es un sueño, sino es la consecuencia de la vida nueva que surge cuando de verdad hemos optado por el Reino de Dios. Cuando hemos optado por seguir a Jesús y vivir el Reino de Dios nuestra vida, la vida de todos ha comenzado a ser distinta; habrá más amor y más solidaridad, habrá más autenticidad en la vida del hombre y habrá más justicia. Y eso ¿no hará que la vida de los pobres y de los que sufren cambie? Comenzarán día de dicha y de felicidad porque nos hemos tomando en serio el seguir a Jesús.
Ya no es un sueño irrealizable sino que es algo que ya estamos comenzando a vivir. Es el proyecto de Dios. Y para realizarlo no nos sentimos solos y sin fuerzas. Si Jesús en la Sinagoga con Palabras del Profeta había dicho ‘el Espíritu está sobre mí porque El me ha ungido y me ha enviado…’ eso lo podemos sentir nosotros también. Somos los ungidos y los enviados con la fuerza del Espíritu Santo. No nos faltará nunca la gracia divina para que se cumplan esas esperanzas del Reino de Dios y lo comencemos a vivir.

1 comentario:

  1. Me encanto como pone la explicacion de las palabras de Jesus. Y tiene razon en que Jesus esta con nosotros y que no estamos solos para poder luchar contra todas las tentaciones.
    Gracias por ayudarme a enterder las Bienaventuranzas de Cristo

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