lunes, 22 de junio de 2009

Ponernos en camino e ir hacia donde Dios nos mostrará

Gén. 112, 1-9
Sal. 32
Mt. 7, 1-5


En la lectura continuada que vamos haciendo de la Biblia en las lecturas en medio de la semana con la intención de que los creyentes tengamos un mayor acercamiento a la Palabra de Dios manifestada en los textos sagrados, en la primera lectura iniciamos hoy la lectura de varios libros del Antiguo Testamento. Se prolongará ahora varios meses y comenzamos con el Génesis para hacer una lectura escogido de los principales textos del Pentateuco, el libro de la Ley para los judíos, y continuaremos luego con otros libros del conjunto de los llamados históricos.
Comenzamos hoy con el capítulo 12 del Génesis porque ahí comienza la historia de Abrahán, fundamental en la historia y en la fe de Israel, como lo es para las tres grandes religiones monoteístas, el judaísmo, el cristianismo y la musulmana. Las tres religiones tienen como padre en la fe a Abrahán, y para el pueblo de Dios es el inicio de su propia historia. Dios le promete que hará surgir de él un pueblo numeroso, como le dirá más adelante, ‘te bendeciré y multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa’.Es el inicio de la historia del pueblo de Israel, el pueblo de Dios.
Abrahán es modelo y ejemplo de fe; se le reconoce como el padre de los creyentes. Hoy se nos manifiesta esa fe de Abrahán, aunque tendremos ocasión de contemplar otros momentos especiales de su fe puesta a prueba. Ahora el Señor le dice: ‘Sal de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre hacia la tierra que te mostraré… y Abrahán marchó como le había dicho el Señor’. Aquí está la fe de Abrahán, que se fía de Dios y se pone en camino a donde Dios lo conduzca. Abrahán creyó. Escuchó a Dios y le siguió.
Ahí está su gran ejemplo del que tenemos que aprender. La fe le complica la vida, porque le hace salir y ponerse en camino. Algunas veces queremos tener nuestra como un adorno bonito que lucimos en determinados momentos. Pero la fe tiene que ponernos en camino. Camino de la fe, camino que nos hace salir de nosotros mismos y de nuestras seguridades. Camino que es búsqueda y escucha. No fueron sus propios caminos los que siguió Abrahán, sino los caminos que Dios le señalaba. ‘Hacia la tierra que te mostraré…’
Esa búsqueda no se acaba; ese ponernos en camino es tarea de todos los días; ese arrancarnos de nuestras cosas es algo en lo que tenemos que estar siempre atentos. Hay apegos, y rutinas, y anquilosamiento… Siempre Dios tiene una palabra nueva y viva que decirnos allá en lo hondo del corazón. No nos instalamos. Nos hace arrancarnos de nuestro pecado, y subir la larga pendiente que nos lleva a la santidad. Aunque pasemos por arideces y desiertos. Sabemos quien va con nosotros en ese camino, porque Dios no nos dejará nunca solos aunque muchas veces nos cueste verlo.
Y una palabra del evangelio aunque sólo sea subrayar la sentencia que nos da Jesús. ‘No juzguéis y no seréis juzgados…’ Qué fácil nos sale el juicio y la condena. Qué fácil nos es ver la mota del ojo ajeno. Qué prontos somos para mirar lo negativo del otro aunque sea una cosa muy pequeña. Cuánto nos duele que nos juzguen a nosotros. Siempre queremos justificarnos. Escuchemos lo que nos dice Jesús. ‘La medida que uséis, la usarán con vosotros’.

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