martes, 19 de diciembre de 2023

Dios se sirvió de quienes parecían débiles e incapaces para contar con ellos y realizar maravillas, sepamos tener una mirada nueva para no descartar ni discriminar

 


Dios se sirvió de quienes parecían débiles e incapaces para contar con ellos y realizar maravillas, sepamos tener una mirada nueva para no descartar ni discriminar

Jueces 13, 2-7. 24-25ª; Sal 70; Lucas 1, 5-25

Alguna vez quizás nos sentimos incapaces de realizar algo, bien porque reconocíamos nuestra ineptitud, ya fuera porque no nos considerábamos preparados para ella, ya sea porque reconocemos nuestras limitaciones o incapacidades – no todos valemos para todo, solemos decir – ya fuera porque nos consideráramos mayores, fuera de época para los tiempos en que vivimos, o con la debilidad de los años y más carencias que nos pueden ir apareciendo. Es quizás un reconocimiento humilde, porque es una realidad de nuestra vida; pudiera ser una minusvaloración que hacemos de nosotros mismos porque no terminamos de creer en nosotros y en nuestras capacidades, y parece que todo tiene que seguir con normalidad dejando que sean otros los que lo realicen.

Sin embargo, cuando tras una situación así, viene alguien y nos dice que a pesar todo quiere seguir confiando en nosotros, y que nosotros estamos llamados a realizar esa función, pudieran ser varias las reacciones que tomemos, desde negarnos radicalmente a  hacerlo, o por el contrario, aceptar esa misión o labor que se nos confía, elevando nuestra autoestima, y prometiendo poner todo de nuestra parte para desarrollar tal misión. En el fondo, somos humanos, nos sentimos halagados con tal confianza.

Así Dios quiere contar con nosotros. No importa que seamos pequeños, no importa que nos consideremos inútiles por tantas cosas y tantas realidades que han debilitado nuestra vida, o en las que quizás incluso no hayamos obrado bien. Dios sigue contando con nosotros y tenemos que saber escucharle.

Nos lo dice claramente en los textos que hoy se nos ofrecen. ¿Dónde quiso escoger Dios, en la lectura que hemos escuchado en primer lugar, un juez para Israel en aquellos momentos difíciles que pasaba el pueblo? El ángel del Señor visita a una mujer que era estéril y le anuncia que tendrá un hijo que será consagrado para el Señor. Así surgió aquel Juez de Israel llamado Sansón.

Pero es lo que escuchamos también en el evangelio. Nos habla de una pareja de ancianos que no tienen hijos, aunque mucho lo habían pedido al Señor. Pero Isabel era estéril, Zacarías era anciano, pero el ángel del Señor viene de parte de Dios para contar con aquel matrimonio. ‘Yo soy viejo y mi mujer de edad avanzada’, replica una y otra vez el anciano sacerdote. Pero Dios quiere contar con El, su mujer quedará embarazada y le dará a luz un hijo, Juan, de quien diría Jesús que no ha nacido de mujer ningún hombre mayor que él.

Así son las maravillas que Dios realiza. Así son las maravillas que Dios quiere seguir realizando. Quiere contar con nuestra disponibilidad, no importa nuestra debilidad ni las incapacidades que nosotros podamos ver. Sepamos tener la mirada de Dios; sepamos dar respuesta a lo que Dios nos pide, cualquiera que sea nuestra condición, cualquiera que sea nuestra edad, aunque nos consideremos pequeños y pecadores, son las maravillas de Dios. Tenemos que aprender a confiar; tenemos que dejar hacer a Dios en nuestra vida.

Nos vale para mirarnos a nosotros mismos y descubrir en lo que Dios quiere contar con nosotros, para no perder el ánimo ni la esperanza, para que tengamos esa disponibilidad del corazón. Nos vale para que miremos a nuestro alrededor, y sepamos descubrir las maravillas que Dios realiza, allí donde menos lo pensamos; nos vale para que nosotros aprendamos también a confiar y a contar más con los demás, porque demasiadas veces marcamos a las personas por una razón o por otra y decimos ya de entrada que no valen, que no sirven, que no son las adecuadas, pero la visión de Dios es otra.

Tendrían que ser criterios que también tengamos en la Iglesia, porque demasiado descartamos a muchas personas, y tenemos que saber descubrir que Dios puede y quiere contar con ellas y también podrán realizar maravillas. ¿Será algo que nos está pidiendo el Señor en este camino de Adviento que estamos realizando?

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