sábado, 27 de marzo de 2021

¿Qué hacemos? ¿Nos dispondremos a vivir con toda intensidad esta fiesta de la Pascua? Que no se nos vaya de las manos

 


¿Qué hacemos? ¿Nos dispondremos a vivir con toda intensidad esta fiesta de la Pascua? Que no se nos vaya de las manos

Ezequiel 37, 21-28; Sal.: Jer 31, 10. 11-12ab. 13; Juan 11, 45-57

¿Qué hacemos? el asunto se nos está yendo de las manos… no hay mucha diferencia en la conversación que aquel día se tuvo entre los dirigentes judíos de Jerusalén, fariseos, sacerdotes, ancianos del sanedrín…sobre lo que les estaba sucediendo que cualquiera conversación entre nosotros cuando estamos en una situación delicada, no sabemos bien como afrontar los problemas y parece también que el asunto se nos va de las manos.

La conversación de entonces sirvió de base para una reunión urgente del Sanedrín, porque el asunto tenía que quedar resuelto pronto. Veían cómo la gente entusiasmada seguía a Jesús, el milagro de Betania había despertado aun más los fervores y podría fácilmente formar algún tumulto; ellos no veían con buenos ojos el actuar de Jesús y no terminaban de reconocer que Jesús fuera el Mesías porque no entraba en los esquemas que ellos se habían elaborado de lo que tenía que ser el Mesías o ser un profeta; pero los profetas siempre habían sido denostados y rechazados, podríamos recordar a Jeremías, y si los romanos entraban en el asunto estando como estaban por otra parte los grupos de los zelotas podría haber un aplastamiento militar que podría poner en peligro muchas vidas.

En todas estas consideraciones andaban cuando interviene el Sumo Sacerdote que era además el que presidía el Sanedrín. Sus palabras son tajantes y aquello había que cortarlo de raíz y el que tenía que desaparecer de la forma que fuese era Jesús que los provocaba. Ya el evangelista nos detalla sus razonamientos y decisiones. ‘Vosotros no entendéis ni palabra; no comprendéis que os conviene que uno muera por el pueblo, y que no perezca la nación entera’.

La decisión estaba tomada porque todos asintieron a la propuesta del Pontífice. Y el evangelista que ya nos va haciendo una lectura creyente de los acontecimientos y de estas palabras nos dirá que ‘esto no lo dijo por propio impulso, sino que, por ser sumo sacerdote aquel año, habló proféticamente, anunciando que Jesús iba a morir por la nación; y no solo por la nación, sino también para reunir a los hijos de Dios dispersos. Y aquel día decidieron darle muerte’.

Que uno muera por el pueblo, no solo por la nación sino también para reunir a los hijos de Dios dispersos. Aquella muerte de Jesús nos iba a dar todo el sentido del amor. No son solo palabras o gestos ocasionales, es un acto supremo de amor que se hace entrega y entrega hasta el final. No hay amor más grande, es el amor del que se entrega y se entrega a la muerte para que tengamos vida.

Muchas veces en nuestras reflexiones nos detenemos demasiado en hacernos consideraciones de por qué los judíos actuaban de esta manera. Pero es que en lo que tenemos que detenernos en el significado de la muerte de Jesús, de entrega por nuestra salvación. Y es lo que nosotros nos disponemos a celebrar. Entramos mañana en la semana grande, en la semana que decimos que es la más santa porque vamos a celebrar la Pascua de Jesús y nuestra Pascua. Y será la semana más santo dependiendo también de cómo nosotros la vivamos, de cómo nosotros sigamos en camino de pascua. Ese camino que iniciamos hace cuarenta días y que entonces ya decíamos que era el regalo de Dios. No olvidemos que así tenemos que recibirlo.

Como Jesús tras estas decisiones del Sanedrín se había marchado más allá del Jordán donde Juan había estado bautizando en espera de que llegara la hora, al no verle algunos se preguntaban si Jesús subiría a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Echan de menos la presencia de Jesús, lo esperan.

Nos viene bien este pensamiento para la celebración de la Pascua de este año. ¿Vendrá Jesús a la fiesta de la Pascua? Algunos andan muy preocupados porque a la semana santa se le ha quitado todo su esplendor exterior por las razones que todos conocemos. ¿Porque no haya esos esplendores exteriores de nuestras procesiones y suntuosas celebraciones va a estar ausente Jesús de nuestra pascua de este año? Jesús no será el gran ausente, cuidado no seamos nosotros los ausentes porque nos falta intensidad en su vivencia.

 

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