miércoles, 10 de junio de 2020

Insignificantes bloques, ocultas paladas de hormigón tan necesarias e importantes en la construcción del edificio, fundamentos de nuestro camino de amor



Insignificantes bloques, ocultas paladas de hormigón tan necesarias e importantes en la construcción del edificio, fundamentos de nuestro camino de amor

1Reyes 18, 20-39; Sal 15; Mateo 5, 17-19
Cada bloque, cada palada de hormigón tiene su lugar y su importancia en la construcción de un edificio; no porque aquellos bloques queden a ocultas de la visión de la gente, o porque aquella palada de hormigón quede enterrada bajo tierra en la forja de los cimientos del edificio es menos importante o valioso que el resto de elementos con los que iremos conformando dicho edificio. Quizás nos esmeremos más en la belleza externa que le podamos dar a ciertos elementos porque van a conformar la figura y la imagen del edificio, pero la belleza y la fortaleza está en su conjunto que le daría la forma y la estabilidad que necesita para que cumpla con sus funciones.
Algunas veces hay cosas de las que decimos que son muy importantes y valiosas y no negamos ni su importancia ni su valor, pero hay muchas cosas que pueden pasar imperceptibles para la mayoría pero que serán gestos y valores igual de enriquecedores para aquellos con los que tengamos dichos gestos. Descubrir el valor de cada cosa, pero saber resaltar esas pequeñeces que se convierten en grandes gestos es una sabiduría en la que tenemos que ejercitarnos y que tenemos que aprender.
Así vamos construyendo nuestro camino de fe, el camino de la vida cristiana. Camino decimos, porque es ponernos a seguir a alguien, es dejarnos cautivar de un amor que lo queremos convertir en el amor de nuestra vida. Hemos descubierto un amor y queremos corresponder a ese amor. Porque lo hemos de tener claro, no son solo voluntades, buenas voluntades que nosotros tengamos, sino que nos hemos sentido envueltos en el amor, el amor de Dios que fue primero y queremos caminar en ese amor.
Cuando amamos, porque nos sentimos amados, lo que queremos en todo es corresponder a ese amor, y entonces comenzaremos a hacer de nuestra vida lo más parecido que podamos a lo que es ese amor que sentimos. Y decimos que queremos hacer su voluntad, descubrir lo que a Dios le agrada y fundamentalmente es que vivamos en ese amor y repartamos ese amor en nuestro derredor. Por eso decimos que queremos hacer su voluntad, hacer lo que le agrada al Señor. Lo llamamos mandamientos, porque es la palabra que desde siempre ha querido expresar lo que es la voluntad de Dios, pero cuando nos sentimos envueltos en el amor y nosotros queremos amar de la misma manera no lo hacemos simplemente porque esté mandado, sino porque queremos vivir en ese amor.
Claro que aparecen nuestras flaquezas y nuestras debilidades, y tenemos el peligro de que se nos enfríe ese amor y ya no amemos con la misma intensidad, que nos aparezca nuestro yo egoísta y comencemos más a pensar en nosotros mismos que en ese amor que tenemos que dar. Es la flaqueza de la humanidad de todos los tiempos. Y aparece la pedagogía divina que nos señala unos cauces, normas les decimos también, que nos van marcando ese camino que tenemos que recorrer tanto en nuestra relacion con Dios como con los demás para que no olvidemos el camino, para que no nos salgamos del camino. Y cada una de esas señales que nos trazan el cauce de nuestro camino son importantes; por eso no decimos que estas señales, estos mandamientos nos los podemos saltar, y solo los más importantes son los que tenemos que cumplir. Indicaría eso la pobreza de nuestro amor.
Es lo que nos dice Jesús que no viene a suprimir los mandamientos sino a darles plenitud; es lo que nos señala que no podemos saltarnos ninguno de esos mandamientos porque no los consideremos importantes sino que la grandeza de nuestro amor está en esa fidelidad también a aquello que nos parece pequeño. ‘Quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos’. Son esos insignificantes bloques, esas ocultas paladas de hormigón tan necesarias e importantes en la construcción del edificio.

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