viernes, 30 de noviembre de 2018

Celebramos a San Andrés que pronto dijo Sí al proyecto de Jesús y pronto comenzó a hacer su anuncio para nosotros tener también esa misma prontitud


Celebramos a San Andrés que pronto dijo Sí al proyecto de Jesús y pronto comenzó a hacer su anuncio para nosotros tener también esa misma prontitud

Romanos 10, 9-18; Sal 18; Mateo 4, 18-22

Que alguien llegue a tu lado y de buenas a primeras te diga que te vayas con él, aparte de no ser algo muy habitual, creo que nos quedaríamos indecisos ante lo que hacer. ¿Me voy con él? ¿Para qué me quiere? ¿Qué quiere decirme o qué quiere enseñarme? Con lo desconfiados que somos a veces en la vida, no creo que la respuesta sea algo que demos inmediatamente. Nos lo tenemos que pensar.
Hoy en el evangelio vemos, sin embargo, la prontitud con que dieron respuesta aquellos pescadores del lago de  Galilea a la invitación que les hacia Jesús. ¿Fue una respuesta inmediata? La aparición de Jesús por aquellos lugares tampoco era cosa de ese momento con toda seguridad. Habría ido dándose a conocer, en círculos pequeños quizás habría ido hablando de sus proyectos; es lo que normalmente se suele hacer.
Si compaginamos unas páginas con otras del evangelio, Juan nos habla de su primera llamada y encuentro con Jesús estando con Andrés allá en las orillas del Jordán cuando habían ido a escuchar a Juan y el Bautista les había presentado a Jesús como el Cordero de Dios que viene a quitar el pecado del mundo. Nos detalla el evangelista que se habían tras Jesús y cuando Jesús se había vuelto hacia ellos preguntándoles qué es lo que buscaban, al preguntarle dónde vivía, los había invitado a ir con El. ‘Venid y lo veréis’.
Ya Andrés, entonces, se había quedado impresionado con Jesús – no sabemos donde estuvieron ni de qué hablaron – pues tan pronto se encuentra con su hermano Simón le dice que han encontrado al Mesías y se lo lleva para que conozca a Jesús.
Allí ellos buscaban y Jesús les invita a estar con El para que le conozcan. Ahora es Jesús el que pasar por la orilla, cuando ya había hecho los primeros anuncios del Reino de Dios, es el que invita primero a Simón Pedro y a Andrés luego también a Santiago y Juan a irse con El para hacerlos pescadores de hombres. Es el episodio que en la fiesta de san Andrés nos presenta el Evangelio en su liturgia.
El primer anuncio que Jesús va haciendo del Reino de Dios que llega, de que hemos de creer en esa Buena Noticia que significa ese anuncio que va haciendo, y la conversión del corazón que es necesario hacer para creer en ese anuncio va sembrando inquietud entre quienes le escuchan. Algo nuevo va a comenzar, hay mucho que cambiar empezando por el corazón para que se haga realidad eso que anuncia Jesús.
No viene anunciando Jesús cambios externos, como tantas veces escuchamos que vamos a mejorar el mundo, pero destruimos todo lo que hay y enseguida comenzamos a dar normas y leyes para imponer esa revolución que pretendemos. No se comienza por cambiar las cosas externamente, sino que tenemos que comenzar por cambiar nosotros desde dentro de nosotros mismos. Esa es la verdadera revolución cuando vemos lo nuevo que hemos de vivir y entonces lo que tenemos que transformar dentro de nosotros. No cambiamos a los otros imponiendo nuestras cosas, sino que cambiamos nosotros desde nuestro interior. Es la Buena Noticia que nos trae Jesús y en la que hemos de creer.
Andrés, su hermano Simón Pedro, los hermanos Zebedeos estuvieron pronto para responder. Jesús les estaba invitando a algo nuevo, por eso les habla de otra pesca, otra manera de ver y entender la vida. Un proyecto que Jesús presenta y al que ellos se unen. Son capaces de dejarlo todo, de hacer esa transformación de sus vidas para entrar en el proyecto de Jesús. Formarían parte del grupo de los Doce, los Apóstoles enviados por Jesús al mundo.
Y hoy estamos celebrando a uno de ellos, que respondió, que dijo Sí, que pronto estuvo para hacer el anuncio como lo hizo con su hermano, para llevar a los demás a Jesús como lo hico con aquellos gentiles que un día le dijeron que tenían ganas de conocer a Jesús. Cuando hoy celebramos a San Andrés nosotros queremos hacer lo mismo que él, responder pronto, y pronto comenzar a hacer el anuncio, y pronto estar dispuestos a llevar a los que nos rodean para que también conozcan a Jesús. Queremos entrar en el proyecto de Jesús, queremos y tenemos que ser apóstoles en medio del mundo.

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