viernes, 28 de octubre de 2016

La fiesta de los santos apóstoles san Simón y san Judas sea para nosotros un testimonio y un estimulo para esa tarea misionera y evangelizadora que nos compromete

La fiesta de los santos apóstoles san Simón y san Judas sea para nosotros un testimonio y un estimulo para esa tarea misionera y evangelizadora que nos compromete

Efesios 2,19-22; Sal 18; Lucas 6,12-19

Hoy la iglesia celebra la fiesta de los santos Simón Cananeo y Judas Tadeo. Pero, ¿sabemos quienes son estos santos? Perdónenme que comience con esta pregunta que algunos podrían considerar innecesario, pero si preguntamos a mucha gente de nuestro entorno no sé si te dirán algo de Simón Cananeo, pero de Judas Tadeo te dirán que es un santo muy milagroso al que le pedimos trabajo y no sé cuantas cosas más en nuestras dificultades. Pero ¿es que un cristiano se puede quedar simplemente con eso?
De entrada hemos de decir que estamos refiriéndonos a dos de los Doce Apóstoles escogidos por Jesús. Así aparecen nominados en las diferentes listas que nos ofrecen los evangelistas y también en los Hechos de los Apóstoles.
Si a San Simón se le llama el Cananeo o en otro de los evangelistas el Celote, puede hacer referencia quizá a aquel grupo radical que no aceptaba el dominio de los romanos y que luchaban contra la dominación extranjera, o podemos referirnos también al otro sentido de ambas palabras que habla del celo de la fe, siendo personas inconformistas que querían vivir radicalmente su fe judía.  Quizá desde esa inquietud fuera escogido por Jesús entre todos los que le seguían para que formara parte de aquel grupo de los Doce a los que llamamos Apóstoles.  
Según la tradición habría predicado en Egipto, luego en Mesopotamia y Persia, junto con San Judas apóstol, donde habría sufrido el martirio, Murió según unos crucificado, según otros habría sufrido el martirio de la sierra. De una y otra forma lo representan las antiguas reproducciones iconográficas.
De san Judas Tadeo, o el de Santiago como se menciona en otro momento poco nos dice el evangelio también. Hay una pregunta que hace a Jesús en la cena de por qué se ha revelado a ellos y no a todos, en referencia a cómo Jesús al grupo de los Doce les hablaba con una intimidad especial y les revelaba con mayor intensidad todo el misterio de Dios que en El se encerraba. Cristo le responde que quien le ama a él, será amado por el Padre y que el Padre y él harán morada en el que le ama. 
Sobre su actividad apostólica, Nicéforo Calixto dice que Predicó en varias regiones de Palestina (Judea, Galilea, Samaria, Idumea), después en las ciudades de Arabia, en todo el territorio de Siria y Mesopotamia y, por último, en Edesa donde murió. La tradición recogida en los martirologios romanos, el de Beda y el de Ación, y a través de San Jerónimo y San Isidoro, San Judas y San Simón fueron martirizados en Persia. También el Breviario Romano dice que evangelizó Mesopotamia y Persia y que murió mártir.
He querido hoy en la fiesta de estos santos apóstoles hacer este comentario tomándolo de diversas fuentes porque creo que necesitamos ahondar un poco más en los santos que veneramos y no quedarnos en cosas muy simples como pueda ser lo más o menos milagrosos que puedan ser, como muchas veces nos sucede en nuestra religiosidad popular.
Primero que nada hemos de poner interés en conocer lo que fue la vida de los santos y como ellos son testimonio de lo que ha de ser nuestro seguimiento de Jesús, nuestra vida cristiana, que es mucho más que acudir a un santo para pedirle desde nuestras necesidades el milagro de que nos socorran. Hemos de contar, sí, con su intercesión, pero para algo mucho más hondo como es la búsqueda de nuestro seguimiento de Jesús y cómo hemos de alcanzar la gracia de la santidad de nuestra vida.
En estos momentos en que en nuestra Iglesia estamos queriendo implicarnos más y mejor en la tarea de la nueva evangelización que la festividad de estos santos apóstoles sea para nosotros un testimonio y un estimulo para esa tarea misionera y evangelizadora en la que seriamente hemos de comprometernos. Decimos que hoy la tarea es inmensa y es difícil en el mundo en que vivimos, pero ¿hemos pensado en la dificultad que ellos tuvieron en medio de un mundo pagano y cómo en su pobreza fueron capaces de llegar a lugares lejanos en el anuncio del Evangelio?



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