miércoles, 25 de marzo de 2015

La Encarnación es el momento del Sí, de buscar y hacer lo que es la voluntad de Dios


La Encarnación es el momento del Sí, de buscar y hacer lo que es la voluntad de Dios

Isaías 7, 10-14; 8, 10; Sal 39; Hebreos 10, 4-10; Lucas 1, 26-38
¿Habremos caído en la cuenta los cristianos de la importancia y trascendencia de este día que hoy celebramos? Aunque en la liturgia de la Iglesia se celebra con la categoría de solemnidad, que es la máxima, sin embargo para la mayoría del pueblo cristiano pasa totalmente desapercibida. Celebramos, por ejemplo con grandes solemnidades y fiestas el día del Nacimiento del Señor, la Navidad, pero tendríamos que reconocer que la presencia de Dios que se hace hombre no se realizó aquel día, sino hoy, nueve meses antes, porque es el momento de la Encarnación, del comienzo de la presencia del Emmanuel, del Dios con nosotros, como había anunciado el profeta, en el seno de María.
Leía el comentario que hacia alguien al cuadro de la Anunciación de Fra Angélico en el que se ve al ángel de la anunciación con una actitud reverente de adoración ante María después del anuncio celestial. Se preguntaba el comentarista por qué y ante quien esa actitud reverente y nos decía que más que ante María era ante el Misterio de Dios que ya María llevaba en sus entrañas. María solamente era el sagrario de Dios, porque ya Dios desde el mismo instante del Sí de María estaba habitando en su seno, se había encarnado en su seno.
Hermosa consideración que nos hacemos en este día de la Anunciación o si queremos de la Encarnación de Dios en el seno de María. Dios encarnado que comienza a habitar ya entre nosotros. Nuestra actitud de fe y de adoración ante el misterio de la presencia de Dios.
Aparte de ello creo que podríamos sacar una lección más para nuestra vida. Al contemplar y meditar este evangelio entre otras muchas cosas admiramos la disponibilidad y la generosidad del corazón de María que se pone totalmente en las manos de Dios. ¿Se le está manifestando lo que es la voluntad de Dios y cómo Dios quiere contar con ella para ese misterio de salvación para nosotros? Y María dice Sí, ‘aquí está la esclava del Señor; hágase en mi según tu palabra’, como le responde al ángel.
Pero hay otro detrás de todo eso. No es solo el sí de María sino que está el del Hijo de Dios a la voluntad del Padre. Como nos ha dicho la carta a los Hebreos ‘cuando Cristo entró en el mundo dijo: Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo; no aceptas holocaustos ni víctimas expiatorias. Entonces yo dije lo que está escrito en el libro: Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad’. Como diría más tarde en el evangelio ‘mi alimento es hacer la voluntad del Padre’. Ahora nos dice: ‘Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad’. Y en Getsemaní dirá, como meditaremos próximamente en la semana de pasión: ‘no se haga mi voluntad sino la tuya’, para terminar diciendo en la cruz ‘en tus manos, Padre, encomiendo mi espíritu’.
Es el momento del , de buscar y hacer lo que es la voluntad de Dios. Algunas veces no entendemos, nos cuesta, se nos hace difícil y duro, pero en las manos del Señor hemos de saber ponernos, para hacer esa ofrenda de nuestra vida. No son sacrificios, ofrendas de cosas, holocaustos ni víctimas expiatorias, es el que ha de nacer desde lo más hondo del corazón, es la ofrenda de nuestra vida. Cuando hacemos una ofrenda arrancamos algo de nosotros mismos, de nuestro yo, para entregarlo al Señor. ¿A qué tendremos que renunciar? ¿Qué nos pide el Señor? Ese arrancar nos dolerá, nos costará, pero sobre todo hemos de buscar lo que es la voluntad del Señor y que todo, toda mi vida sea siempre para la gloria del Señor.
¿Qué nos estará pidiendo el Señor en el día de su Encarnación?

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