sábado, 22 de febrero de 2014

AFIANZADOS SOBRE LA ROCA DE LA FE APOSTOLICA... CATEDRA DE SAN PEDRO



Afianzados sobre la roca de la fe apostólica mantengamos íntegra la fe para alcanzar la vida eterna

1Ped. 5, 1-4; Sal. 22; Mt. 16, 13-19
‘Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia… te daré las llaves del Reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo’. Así la promete Jesús a Pedro tras la hermosa confesión de fe que había hecho: ‘Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo’. Hemos escuchado este texto en su paralelo de san Marcos hace pocos días. Es la piedra, el fundamento de la Iglesia unido a la roca que es Cristo; es el signo de la comunión y de la unidad de toda la Iglesia. Esa Iglesia depositaria de la gracia del Señor y que como administradora, valga la expresión, nos hace llegar a todos los que creemos en Jesús en la proclamación de la Palabra y la celebración de los sacramentos.
Por eso es que hoy estamos celebrando la Cátedra de san Pedro. Si en el 29  de junio celebramos la fiesta de los Apóstoles san Pedro y san Pablo y entonces también celebrábamos el día del Papa, en esta fecha de hoy la Iglesia quiere fijarse de manera especial en esa potestad y ministerio de magisterio y predicación que Cristo quiso confiarle. Por eso hoy hemos escuchado también este texto de san Mateo donde Jesús le hace la promesa a Pedro de ser la piedra de la Iglesia.
Celebramos hoy la fiesta que llamamos de la Cátedra de san Pedro. La cátedra significa el lugar desde donde se enseña y la potestad de enseñar. Es la misión que Pedro ha recibido de Jesús como pastor en nombre de Cristo - por eso lo  llamamos Vicario de Cristo - de  toda la Iglesia. Como el Obispo tiene su sede, su cátedra, en la Catedral, así el Papa, sucesor de Pedro la tiene sobre toda la Iglesia con esa asistencia especial del Espíritu Santo.
‘Yo he rogado por ti, le dice Jesús a Simón Pedro en la última cena cuando incluso le anuncia las negaciones en las que luego va a caer, para que tu fe no decaiga;  y tú, una vez restablecido, confirma en la fe a los hermanos’. Es la misión que Jesús le confía a Pedro y en él a sus sucesores. Por eso vivimos en comunión con el Papa toda la Iglesia Universal. Como un signo de esa comunión cada cierto tiempo los Obispos, como cabeza de cada una de las Iglesias locales, van a Roma en lo que se llama la visita ad limina - que significa la visita a las tumbas de los apóstoles - para expresar esa comunión con el Papa y con toda la Iglesia universal. Precisamente los obispos españoles, y con ellos nuestro Obispo, van a participar en las próximas semanas en esa visita ad limina,  en esa comunión con el sucesor  de Pedro allí donde tiene su cátedra.
Hoy en la liturgia, sobre todo en las oraciones, hay cosas hermosas para resaltar y expresar lo que tiene que significar esta fiesta de la Cátedra de san Pedro. ‘No permitas que seamos perturbados por ningún peligro, tú que nos has afianzado sobre la roca de la fe apostólica’, pedíamos en la primera de las oraciones. Y en este mismo sentido pediremos luego que guardemos, ‘bajo el pastoreo y la doctrina de Pedro, la integridad de la fe y llegar de este modo a la vida eterna’.
Es una afirmación de nuestra fe apostólica afirmada sobre la roca de Pedro lo que queremos expresar en este día. Y será entonces por un lado un compromiso de nuestra parte  en hacer todo lo posible por mantener íntegra nuestra fe; que nada nos perturbe, que nada nos aparte de la fe de la Iglesia; que nada nos aparte en esa fe de nuestra unión con Cristo; pero es al mismo tiempo esta celebración un signo de esa gracia del Señor que nunca nos faltará. Esa gracia que nos llega por la predicación de Pedro, por el Magisterio del Papa y de la Iglesia.
Que este misterio de redención que celebramos, como expresaremos también en la oración final ‘sea para nosotros  sacramento de unidad y de paz’. El concilio llamó a la Iglesia ‘Sacramento de salvación para todos’; que en verdad eso lo vivamos en la comunión con Pedro, con el Papa y con los pastores que en el nombre del Señor nos conducen hasta Jesús. Pero que nos mantengamos en esa unidad para que seamos ese signo de la salvación de Dios para todos los hombres.

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